…aunque aquí fuera no lo notamos mucho. Solo en echarte de menos. Lo demás que ahora toca no es nada al lado de echarte de menos y hacerte saber como sea que te queremos mucho.

Me estoy acordando ahora del otro día cuando te ví. La comida nos gustó mucho a los dos. Yo iba con hambre y tú me veías disfrutar. Y lo de menos era la comida. Se trataba de pasar un rato así, juntos.

Ahora sigo acostumbrandome a no tocarme la cara. Sabes que eso en mí es aún más difícil si cabe. Pero estoy a mitad. No me pongo a pensar tocándome el mentón, ni me rasco la ceja cuando algo me mosquea. tenías que verme en voz alta decirme a mí misma que ¡No!, como las órdenes a un perrete.

Cada día que salgo a las ocho a la ventana a aplaudir lo hago pensando en tí. Sí, claro, en la gente que te cuida ahí adentro, pero pensando en que tú nos imagines en casa aplaudiendo y gritando ¡Venga, apretad los dientes que esto no es ná! o alguno de esos dichos tuyos.

Y me da un poco de envidia de los médicos que te cuidan. No, no me digas que estoy como una cabra. Ellos están saturados pero nada más que por poder tomarte la fiebre, tocarte la frente, aunque fuese a través de un guante, aunque solo me oyeses a través de mascarillas.

Los nietos están bien. Aburridos pero como les digo. El aburrimiento es un un buen padre para inventarse mil cosas- Y los mando a jugar a algún juego de mesa. Ya sabes que están enganchados a la pantalla, ahora más con el cole y los amigos por el móvil y el ordenador porque no se puede de otra forma. Pero tenías que vernos hacer gimnasia todos juntos en el salón de casa. Somos un show de mearse de risa. Un día hago un vídeo de esos que se haga viral. De verdad que descacharrabas.

Oye, que seguimos aquí, ahí al lado contigo, que lo sabes porque nos sientes pero, por si en algún momento se te olvida. Estoy aquí al lado. Estamos a tu lado y te queremos mucho.