Mi sueño era escribir. Pero me equivoqué. Creía que debía recorrer un camino definido por los demás para conseguir escribir. Escuché más lo que me decían que mis propias intuiciones y realidades. La realidad es que cumplo mi sueño cada día que escribo porque cada vez que escribo soy feliz, y ese es el propósito primero y último de los sueños. Ayudo a la gente que me lee al diario, unas veces con mis historias, otras veces con mis reflexiones les ayudo a discernir, a opinar, a reflexionar a su vez. Es mi realidad cotidiana. Llevo cuarenta años haciéndolo sin valorarlo. Y llegó el tiempo de enfocar mi don en ayudar a mujeres como tú, que te sienta tan bien la escritura, que gustan de la lectura.
Desde mujerescritora.com empezamos juntas un camino que enriquecerá tu vida y la mía.
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